miércoles, 16 de noviembre de 2011

Desconexión

Siempre he sido alguien lleno de vida, curioso por naturaleza y feliz de poder ayudar.
Normalmente siempre sonrío a los malos momentos e intento moldear mi perspectiva para afrontarlos con entereza.
El problema reside en que día tras día te ves inmerso en un baile de mascaras al que no sabes bien si debiste asistir ni si deberías quedarte ahí.
Este baile requiere de una amplia gama de disfraces, disfraces muy bien hilados acompañados por supuesto de multitud de mascaras.
Esto no es por temor a mostrar mi identidad sino por imperiosa imposición, no es mi elección. Hace años ya me toco elegir y decidí ser yo mismo con todas sus consecuencias. Pero uno puede ser realmente él mismo en la medida en que los demás te ven, es decir aunque tu grites quien eres y quien quieres ser, por desgracia en la mayoría de los casos solo verán aquello que ellos quieren ver...los que asisten al baile de buen grado son los que te ponen la mascara, una mascara necesaria para que no se sientan incómodos, una mascara que evite el tedioso proceso que desencadenarían sus mentes al intentar adaptar lo que ven a sus férreos esquemas, esquemas que ni son suyos, sino de sus propios temores.
El problema es ese, el dogmatismo existencial, aprender unos esquemas propios y no moverse del área de seguridad bajo ningún concepto...una pena.
Esto me hace sentir durante gran parte del día desconectado del mundo, un mundo que no siento como mio, no me siento parte de el, un mundo en el que hasta los que mas prometían en un principio se corrompen dejándose llevar por sus traumas sin afrontar.
Miro a mi alrededor y cada vez me siento mas viejo y a la vez mas niño.
Sigo mirando alrededor cargado de esperanzas y estas me van abandonando gradualmente como si fuera arena entre las manos.
No comprendo porque todo se hace tan complicado cuando podría ser tan sencillo...
Ante todo esto y a riesgo de quemarme en una hoguera que yo no encendí, creo que es hora de desconectar, de irme a dormir, a dormir mi sueño, ese en el que todo encaja, donde el amor es amor de verdad, donde los principios son pilares fundamentales que nos ayudan a mantenernos en nuestro sitio y no corrompernos, donde alguien conoce a una persona totalmente diferente a ella y en lugar de prejuzgarla y encerrarla entre los esquemas propios, se le mira con ojos de niño, esos ojos inocentes y asombrados que realmente quieren entender nuevos milagros, allí donde todos se ayudan para crecer mutuamente y no se ponen zancadillas entre ellos, donde cada nuevo día se es mas niño que el día anterior...

4 comentarios:

  1. una de tus mejores entradas, con grandes verdades en ella.

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  2. A veces me gustaría que Matrix existiera de verdad y poder enchufarme y, paradójicamente, desconectar, dejar el mundo real de lado un ratito, uno pequeño... aunque entraña grandes peligros... (me ha quedado muy El Señor de los Anillos esta última frase jaja)

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  3. a veces es necesario desconectar, pero lo complicado es saber que tarde o temprano tendrás que volver...

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  4. Sí, tenemos que volver, debemos volver...las desconexiones son puntuales para coger fuerzas, recordar quienes somos y porque...hay que luchar por lo que queremos...

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